La filantropía es un motor que mueve una parte trascendental del mundo. No cabe duda de que el papel catalizador del sector filantrópico es fundamental para promover cambios positivos y crear efectos duraderos en la sociedad, contribuyendo a abordar retos de interés general. En Europa, el estado de bienestar se ha complementado con acciones filantrópicas. De tal forma que la filantropía europea se ha ido conformando a partir de la relación entre el Estado, el sector privado, las ONG y las fundaciones.
La Real Academia Española define la filantropía como “amor al género humano”. En esta línea, podemos decir que los filántropos son personas o instituciones que se caracterizan por desarrollar proyectos con fines sociales e impulsar iniciativas en bien de la comunidad a nivel local, nacional o internacional. Así, dedican activamente su tiempo, sus recursos y sus esfuerzos a apoyar causas y proyectos que contribuyan al bienestar y al progreso de la humanidad. Por lo tanto, podríamos definir las fundaciones filantrópicas como aquellas organizaciones sin ánimo de lucro que tienen como fin último ayudar a las personas de forma altruista.
Contribución social y económica
Según el Análisis de la contribución económica y social de las fundaciones españolas de la Asociación Española de Fundaciones, elaborado por AFI, el impacto del sector fundacional en la economía española representó 27.000 millones de euros en 2020, cifra que supone el 2,4 % del PIB español para ese año. Estas magnitudes demuestran la sólida contribución de las fundaciones a la economía, pero ellas aportan mucho más valor en áreas tan diversas como la educación, la cultura, la creación de talento o la investigación y la innovación tecnológica. Además, como agentes comprometidos con la cohesión social y la lucha contra la desigualdad, son la mejor fórmula para establecer colaboraciones público-privadas.
Las acciones que promueven estas instituciones están estrechamente ligadas con los valores de los filántropos cuyas motivaciones pueden ser muy dispares, pero tienen en común el hecho de entender que la solidaridad es necesaria para construir un futuro mejor. En España, el sector CECA es un actor esencial que demuestra esta capacidad transcendental que posee la filantropía para promover un impacto positivo en las personas y en su entorno.
El sector CECA -compuesto por nueve entidades de crédito (CaixaBank, Kutxabank y Cajasur Banco, ABANCA, Unicaja, Ibercaja Banco, Caixa Ontinyent, Colonya Pollença y Cecabank) y más de treinta fundaciones que destacan por su carácter de entidades filantrópicas, orientadas a la promoción del desarrollo local y con un fin social- se ha consolidado como el mayor inversor social privado de España.
La Obra Social de las entidades adheridas a CECA, que viene asociada históricamente a las cajas de ahorros, se ha desplazado en los últimos años hacia las fundaciones del sector que desarrollan iniciativas de carácter benéfico-social. Un compromiso que ha supuesto un componente crucial en el tejido social durante décadas, desempeñando un papel clave en la construcción de comunidades más fuertes y sostenibles, y que, desde la aprobación de la Ley 26/2013 de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias, ha destinado una inversión de 7.800 millones en toda España para impulsar 930.000 actividades que alcanzaron un promedio anual de 31 millones de beneficiarios, tal y como se desprende de la Memoria de Obra Social 2023.
En estos diez años, hemos vivido una pandemia, crisis humanitarias, catástrofes naturales, una guerra en Europa y cambios geopolíticos, entre otros desafíos que han generado una inestabilidad y una incertidumbre permanentes. Durante este tiempo, la Obra Social ha estado muy presente, ayudando a la sociedad en los momentos más difíciles y especialmente a aquellos que más lo necesitan. Una ayuda que se traduce en programas dirigidos a promover la mejora del bienestar, favorecer la igualdad de oportunidades y la inclusión, principalmente los dirigidos al colectivo senior, personas en riesgo de exclusión social o para la España vaciada. La Obra Social de las entidades CECA no solo se mantiene a la cabeza de la inversión social privada en España, sino que es considerada uno de los principales agentes en la promoción de la inclusión social. Una gran labor que ha sido posible gracias a las entidades y equipos humanos que en estos años han seguido profesionalizándose y manteniendo su compromiso con la sociedad, con una gran capacidad de adaptación y flexibilidad en sus programas