Alberto Aza, portavoz de CECA, reflexiona sobre el importante papel que la Obra Social ha desarrollado durante la última década. La Obra Social del sector CECA, impulsada desde las fundaciones y cajas de ahorros, desarrolla su actividad tratando de abarcar todos los segmentos de la población, poniendo el foco especialmente en los grupos más vulnerables y en quienes más lo necesitan.

De 2014 a 2023 la inversión ha sido de 7.823 millones de euros, con 930.002 actividades desarrolladas y un promedio anual de beneficiarios de 31.632.304. Este último ejercicio, la inversión ha ascendido a 851,12 millones de euros, con 80.964 actividades y un total de beneficiarios de 30.322.713.

La Obra Social del sector CECA ha salido reforzada de los cambios legislativos de la última década. Sin duda, el de mayor trascendencia, la Ley 26/2013, de 27 de diciembre, de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias ha supuesto un reconocimiento explícito a la Obra Social como seña de identidad de las entidades integradas hoy en CECA. La nueva ley supuso una reforma estructural de las cajas de ahorros que posibilitó su integración en grupos más grandes y solventes, situando a los nuevos bancos en igualdad con las restantes entidades de crédito, en lo que respecta a su capacidad de recapitalización, acceso y escrutinio del mercado de valores. Al mismo tiempo, la Obra Social se preservó a través de fundaciones que se convirtieron en gestoras profesionales de esa labor. Es decir, el nuevo marco legislativo, establecía los mecanismos jurídicos necesarios para asegurar la continuidad de la Obra Social sin renunciar a su misión histórica: generar oportunidades de progreso para las personas, luchando a la vez contra la desigualdad y la exclusión social.

Sobre esto y mucho más habla nuestro portavoz, Alberto Aza, en una entrevista en la revista Buen Gobierno de El Economista.