El 31 de octubre de 1924 se constituyó en Milán el Instituto Mundial de Cajas de Ahorros y Bancos Minoristas (World Savings and Retail Banking Group o WSBI, por sus siglas en inglés) y desde entonces se celebra en esa fecha el Día internacional del Ahorro. Aquel fue un encuentro de entidades de crédito fundadas en diferentes países con el objetivo de canalizar el ahorro y la financiación de las clases populares. Entidades con peculiaridades jurídicas y denominaciones propias en las diferentes lenguas: casse di risparmio, en italiano, savings banks, en inglés, caisses d’epargne, en francés, sparkassen, en alemán o cajas de ahorros en español. El objetivo de aquella reunión constitutiva era reflexionar sobre el sentido ético-económico de un modelo de negocio bancario que, ya entonces, albergaba entidades de gran tradición.

La fecha no fue casual, el periodo de entreguerras era el contexto propicio para generar ese movimiento internacional. En aquellos años de entendimiento entre las grandes potencias se creó también la Sociedad de Naciones. El próximo 31 de octubre, se reunirán otra vez en Italia (Roma) los actuales representantes de las cajas y los bancos minoristas, en un Congreso que conmemorará el centenario.

El Instituto aglutina hoy a 6.400 entidades en más de 80 países y cuenta con 1.700 millones de clientes a nivel global. En 2024, en la era de lo inmediato, son pocas las organizaciones que pueden enorgullecerse de un recorrido tan prolongado. En España, CECA, la Asociación de las Cajas, nació cuatro años después (1928) por impulso de las asociadas del País Vasco y Navarra. Desde entonces ha sido un socio clave del WSBI. La mejor prueba de la interconexión de las dos organizaciones es que ambas están presididas actualmente por Isidro Fainé, firme defensor del modelo de banca de proximidad que promueven tanto CECA como el Instituto.

Pero ¿qué es lo que identifica al WSBI 100 años después? Desde luego no es la estructura jurídica de sus miembros, tan diversa y vinculada a los derechos mercantiles nacionales. Además, nadie decide trabajar con una empresa por sus estatutos. Los clientes optan por un proveedor, por su servicio. Por eso hoy, el Instituto describe a sus asociados atendiendo a su actividad, al impacto de su desempeño. Un siglo después, estos bancos se autodefinen por las llamadas tres erres: Retail, Rooted, Responsible.

En primer lugar, los miembros del WSBI son entidades minoristas (Retail). Con vocación de financiar la economía real y, por tanto, a las personas. Ponen el foco en familias, autónomos y pymes. No son bancos de inversión, que priorizan la financiación de operaciones corporativas. En segundo lugar, están profundamente enraizadas en el territorio (Rooted) y en sus comunidades locales a través de una red de oficinas capilar. No son megabancos globales. Los asociados de EEUU, se denominan Community Banks para enfatizar, precisamente, que son los main street banks (los bancos de la calle mayor) frente a los Wall Street banks. Y sobre todo son empresas responsables (Responsible). Son bancos con retorno a la comunidad a la que prestan sus servicios de crédito y depósito. En España denominamos a este retorno Obra Social. La Ley de Cajas y Fundaciones Bancarias de 2013 ha permitido perfeccionar en nuestro país este modelo y su gobernanza. Ha reforzado la profesionalización, no sólo de la actividad financiera con la creación de bancos solventes, sino también de la gestión de la Obra Social, con la promoción de fundaciones especializadas en una eficaz acción social.

De los 2.800 millones de dólares que los miembros del Instituto destinaron en 2023 a Obra Social, las entidades adheridas a CECA aportaron más de 900. Es más, ha sido iniciativa española la creación, en el seno del WSBI, de un Comité Social y Filantrópico para impulsar proyectos de Obra Social conjuntos en el ámbito internacional. Este Comité coordina iniciativas que requieren escala y enfoque global como son la investigación biomédica o la alfabetización financiera en países en desarrollo.

Los debates que tendrán lugar en Roma estarán orientados a conseguir, apalancados en esas tres erres, otros 100 años de flujo de crédito. Se debatirá sobre como compatibilizar un servicio presencial de calidad con la atención a clientes que quieren relacionarse con su banco exclusivamente a través de canales digitales. Sobre el impacto de la inteligencia artificial en la gestión o sobre la ciberseguridad. Al mismo tiempo se esperan aportaciones de expertos sobre microcréditos o ahorro ético, de países tan distintos como Nigeria, India, El Salvador o Tailandia.

Ahora bien, el Congreso Mundial del WSBI será, sobre todo, una oportunidad para revalidar aquel espíritu de hace un siglo. Alcanzando una sociedad capaz de conjugar la era de la inmediatez con la sencillez de definir las cosas por su desempeño: con tres erres.