Más de 800 millones de euros es la inversión que realizó la Obra Social del sector CECA en el último ejercicio, lo que la convierte en una pieza indispensable para construir una sociedad más inclusiva, además de servir como complemento a los programas de las Administraciones públicas y al estado del bienestar. La Obra Social del sector CECA es una herramienta fundamental en la lucha contra la desigualdad, la exclusión social y el riesgo de pobreza, siempre desde el fuerte compromiso con una sociedad más justa y equitativa.
Un compromiso que se remonta al siglo XVIII, cuando surgieron las primeras entidades benéfico-sociales para tender una mano a los más desfavorecidos. Hoy, se ha convertido en el primer inversor social privado de España y su origen benéfico-social se mantiene como base ideológica, adaptada a los valores actuales que guían la acción de las entidades que la conforman. CECA (asociación que representa a CaixaBank, Kutxabank y Cajasur Banco, ABANCA, Unicaja, Ibercaja Banco, Caixa Ontinyent, Colonya Pollença, Cecabank y a más de treinta fundaciones), además, participa en múltiples foros nacionales e internacionales, desde los cuales difunde y promueve la actividad de la Obra Social con un enfoque sectorial.
Con su cercanía a la comunidad, especialmente a las familias y grupos vulnerables, la Obra Social llega a los lugares donde más se necesita, gracias a su capacidad de empatía y la colaboración y la capilaridad de sus entidades. El último año desarrollaron 81.000 actividades que alcanzaron a más de 30 millones de beneficiarios.
Por una sociedad más justa
Detrás de cada una de sus iniciativas, hay personas y equipos comprometidos con una vocación de servicio inquebrantable. Su labor diaria y dedicación quedan reflejadas en quienes realmente importan: los beneficiarios de los programas. Su actividad también refuerza los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en los cuales CECA, como miembro del Pacto Mundial de Naciones Unidas, se enorgullece de contribuir día a día. Para lograrlo, la Obra Social establece alianzas estratégicas con organizaciones e instituciones, mientras fomenta el uso de productos y servicios sostenibles y realiza actividades de conservación y desarrollo de entornos naturales, en línea con el respeto al medioambiente y la lucha contra el cambio climático.
Son muchos los campos en los que la Obra Social despliega su impacto. En el ámbito social, su trabajo está orientado a mejorar la calidad de vida de los colectivos más necesitados, promoviendo el desarrollo social e impulsando programas asistenciales para una sociedad más equitativa.
Igual de importante es la labor realizada en el área de desarrollo local y creación de empleo, donde dinamiza el territorio y apoya el tejido productivo. A través de un diálogo constante con grupos de interés, aborda desafíos como el empleo, la formación, el emprendimiento, y el apoyo a pymes, autónomos y comercio local, especialmente en zonas rurales.
Apoyo a la educación y la cultura
Las ayudas a la educación y la investigación ocupan un lugar fundamental en la Obra Social, que promueve la innovación y la cultura financiera como herramientas de progreso e integración social. Con programas de formación, investigación científica e I+D, fomenta la inclusión financiera, facilitando el acceso financiero a todos los colectivos, especialmente a los más desfavorecidos. Su compromiso con la educación financiera ayuda a los ciudadanos a tomar decisiones informadas y favorece la igualdad de oportunidades y el crecimiento económico.
En el sector de la cultura y el patrimonio, respalda la cultura como elemento de cohesión social y motor de transformación. Asimismo, trabaja en la conservación del patrimonio, respetando la historia y contribuyendo a la integración de todos los territorios y personas. En el área de deporte y ocio, impulsa el deporte como herramienta de inclusión y vehículo de valores necesarios para la sociedad, alineándose así con los principios de la Obra Social: entrega, esfuerzo, superación y trabajo en equipo.
Una década de cambios
Hace diez años, la Obra Social del sector CECA inició una nueva etapa, marcada por la reestructuración del sector a raíz de la Ley 26/2013, de 27 de diciembre, de Cajas de Ahorros y Fundaciones Bancarias. Este cambio legislativo, uno de los más significativos de la última década, representó un punto de inflexión tanto para la Obra Social como para las fundaciones, impulsando la transparencia, la eficiencia y una mayor profesionalización de sus equipos y patronatos, además de fortalecer alianzas para llevar la Obra Social a cada rincón del territorio.
Además, esta nueva ley permitió una reforma estructural de las cajas de ahorros, facilitando su integración en grupos más grandes y solventes, situando a los nuevos bancos en igualdad con las demás entidades de crédito en términos de recapitalización y acceso al mercado de valores. Al mismo tiempo, la Obra Social se preservó a través de fundaciones que se convirtieron en gestoras profesionales de esta labor, garantizando así la continuidad de su misión histórica: generar oportunidades de progreso para las personas, mientras luchan contra la desigualdad y la exclusión social.
A lo largo de este tiempo, la sociedad ha enfrentado desafíos de gran magnitud, desde una pandemia hasta una guerra en Europa, pasando por crisis humanitarias, catástrofes naturales y cambios geopolíticos. A pesar de la inestabilidad global, la Obra Social ha destinado un mayor porcentaje de inversión a los colectivos más necesitados. Entre 2014 y 2023 alcanzó los 7.823 millones de euros, con más de 930.000 actividades que alcanzaron anualmente a un promedio de 31 millones de beneficiarios.