La financiación concedida vuelve a ser la partida con más impacto en la economía, superando los 212.500 millones de euros
Las entidades de CECA (CaixaBank, Kutxabank y Cajasur Banco, Abanca, Unicaja Banco, Ibercaja Banco, Caixa Ontinyent, Colonya Pollença y Cecabank) afianzan un año más su compromiso con la inversión socialmente responsable
El impacto total de las entidades adheridas a CECA en la economía en 2020 fue de 233.905 millones de euros. La cifra supone un incremento del 32% con respecto a la cuantía alcanzada en 2019. Los datos se recogen en el ‘Informe de impacto de las entidades adheridas a CECA durante el año 2020’, que ha elaborado KPMG por tercer año consecutivo. El estudio, que ha sido presentado hoy por Jerusalem Hernández, socia de Sostenibilidad y Buen Gobierno de KPMG, destaca que esta aportación equivale al 19% del PIB de España, un incremento de 5 puntos porcentuales en comparación con el ejercicio anterior.
El impacto reflejado es fruto de su actividad corporativa, que incluye el pago de salarios y las compras a proveedores; de la dinamización derivada de la financiación concedida por estas entidades a familias y a empresas; y también de su contribución social a través de proyectos de acción social, protección al entorno o innovación.
La financiación como impulso a la actividad económica
La dinamización de la economía a través de la financiación concedida vuelve a ser la actividad que genera un mayor impacto, superando los 212.500 millones de euros, que equivale al 17% del PIB de España. El 56,1% de esta cantidad, es decir, 119.152 millones de euros, corresponde a la financiación directa concedida.
El impacto indirecto, que tiene que ver con la incidencia de la financiación de las entidades asociadas, es el 22,2%, 47.110 millones. La cantidad se corresponde con la actividad generada en el primer y segundo nivel de la cadena de proveedores de los receptores de la financiación. Por último, el impacto por la actividad inducida, que hace referencia al resto de la cadena de proveedores, asciende a 46.244 millones de euros, el 21,7% de la financiación concedida.
En total, de acuerdo con el documento elaborado por KPMG, el impacto de la financiación concedida equivale a sostener 845.838 empresas. En este sentido, el informe recoge que durante los momentos más complicados de la pandemia se movilizaron 33.108 millones de euros en líneas ICO.
En cuanto a la actividad corporativa, que incluye el pago de salarios y las compras a proveedores, el impacto en el periodo fue de 21.398 millones de euros, en línea con el ejercicio anterior, que supone el 46,5% del PIB del sector financiero. El desarrollo de esta actividad ha generado un impacto real en la economía española como consecuencia de incentivar el consumo de los hogares a través de los sueldos y salarios netos (7.642 millones de euros), e impulsar los proveedores nacionales (7.209 millones de euros). Estas cifras muestran un incremento del 2,2% y del 7,8% respectivamente en comparación con el ejercicio 2019. El resto de la cuantía asociada a este capítulo se debe al Excedente Bruto de Explotación, es decir, a la diferencia entre el valor de producción y los consumos intermedios.
Por sectores, la actividad corporativa tiene un destacado efecto impulsor en el propio sector financiero, en el que se calcula una dinamización superior a los 2.300 millones de euros. En segundo lugar, la industria registra un impacto de 2.143 millones de euros, equivalente al 17,2% del valor añadido bruto de la industria manufacturera de vehículos de motor. A continuación, la actividad inmobiliaria y la construcción se sitúan en tercer lugar al estimarse un impacto de 1.978,5 millones de euros. Así, estos sectores acaparan el 43% del impacto generado por la actividad corporativa de las entidades.
Foco en el cliente y financiación sostenible
En 2020 se destinaron casi 82.100 millones de euros a la financiación al consumo de hogares, pymes y autónomos. La cifra supone un incremento de más de 6.300 millones con respecto al ejercicio 2019. Por una parte, se han destinado 55.207 millones de euros a pymes y autónomos, lo que supone el 41,5% del total de la financiación nacional de estas entidades. Por otro lado, la financiación al consumo de hogares asciende a 26.876 millones, mientras que los créditos hipotecarios y préstamos para reforma de vivienda suman aproximadamente 17.730 millones de euros.
El documento presentado hoy refleja también que el Sector CECA sigue la tendencia del mercado en lo referente a inversiones responsables, ya que las entidades adheridas han movilizado el 69% de la emisión de bonos verdes, sociales y sostenibles en España. Así, en 2020, el volumen de emisiones de este tipo de productos movilizado por las entidades adheridas ascendió a 10.400 millones de euros, incluyendo emisiones y actuaciones como colocadores. Estos bonos han sido principalmente destinados a la financiación de proyectos de energía renovable y eficiencia energética, y a la lucha contra las repercusiones sociales de la COVID-19. Solo la movilización destinada a energías renovables ha superado los 6.093 millones de euros por medio de programas de Project Finance a través de 108 operaciones.
Por otro lado, la inversión socialmente responsable también se ha incrementado. De esta forma, el volumen total de activos en Inversión Sostenible y Responsable (ISR) en 2020 que las entidades del Sector CECA gestionaron con criterios ASG fue de 180.595 millones de euros. La cifra supone un 12,5% más que en 2019 y el 79% de la inversión ISR en activos nacionales.
Contexto económico post-pandemia y su importancia para el sector financiero
Por su parte, Santiago Carbó, director del Área Financiera y Digitalización de Funcas, explicó que el contexto económico sigue siendo desafiante y plantea retos para gobierno, bancos centrales y empresas financieras y no financieras.
En sus palabras “La generalización de los cuellos de botella, especialmente acuciantes en las economías avanzadas, y el encarecimiento de la energía restan vigor a la recuperación global a la vez que intensifican las presiones inflacionistas.” Asimismo, añadió que “se observa un desacople de políticas monetarias y no se esperan subidas de tipos de interés en la eurozona (sí en Estados Unidos y ya se han producido en el Reino Unido) antes de 2023, por lo que los bancos europeos tendrán que seguir lidiando con márgenes de intereses muy estrechos”.