Las fundaciones dedicaron 800 millones de euros en 2017 a Obra Social. Son 115.000 iniciativas de las que se han beneficiado 34 millones de personas.
Ante la situación de precariedad en determinados estratos sociales y la insuficiencia de fondos públicos para paliar las desigualdades, toma cada vez más fuerza la labor de obra social que realizan las fundaciones. “Esta actividad desarrolla un papel clave y es un pilar fundamental para edificar un marco de convivencia más igualitario. Tenemos un compromiso con la sociedad, especialmente con los sectores
más vulnerables y desprotegidos, complementando programas de las administraciones públicas que pueden ser reforzados o apoyando otros que creemos que necesitan nuestra ayuda”, explica Juan Carlos López, responsable de Obra Social y Relación con el Cliente de CECA.
Aunque, tras la crisis económica, el nivel de inversión de las fundaciones en estos programas se mantiene lejos de los 2.060 millones de euros dedicados en 2008, el año pasado fue el tercer ejercicio consecutivo de aumento presupuestario: estas organizaciones surgidas de las antiguas cajas de ahorros dedicaron a proyectos de ayuda social, creación de empleo, cultura o fomento de la educación y la cultura más de
800 millones de euros, un 9% más que en 2016, según plasma la Memoria de Obra Social 2017 de la CECA. “El aumento de la inversión ha venido asociado a un esfuerzo de las fundaciones para ser más eficientes y optimizar sus recursos, buscando sinergias, gestionando mejor su patrimonio y desarrollando programas sostenibles en el tiempo”, recalca Juan Carlos López.